Farmacia y cine: La droga de la verdad
Sobre la procedencia del término «barbitúrico» se ha tejido la historia que, a continuación, describimos de forma breve. El químico Adolf Von Baeyer (1835-1917), al haber sintetizado con éxito la malonilurea a finales de 1864, acudió a una taberna cercana a su casa, el cual era muy frecuentada por oficiales de artillería quienes, ese mismo día, festejaban a su santa patrona, Santa Barbara. En tales circunstancias, se le ocurrió al futuro premio Nobel de Química asociar las palabras «Bárbara» y «urea», consiguiendo con esto formar el nombre del compuesto. Otra versión, mucho menos verosímil, refiere que más bien lo llamó de esa forma en honor de su novia Bárbara.
Sea como fuere, lo real y esencial es que su descubrimiento sirvió para que, más adelante, mediante pequeñas modificaciones de la estructura química de la molécula del ácido barbitúrico, se comenzaran a sintetizar cientos de agentes distintos. Uno de estos derivados, el TIOPENTAL SÓDICO (tiopentato de sodio, pentotal sódico, amital sódico) tuvo una especial actuación en la medicina. Como veremos en seguida, su interés fue dirigido a su uso como agente coadyuvante para el ejercicio del narcoanálisis: terapia psicológica empleada para hacer surgir recuerdos olvidados mediante el descenso del nivel de conciencia; en otras palabras, para «explorar los contenidos del inconsciente».
Los departamentos de policía de EEUU y la CIA no pasaron por alto tan particulares cualidades, vieron en ella una oportunidad y sacaron provecho de ella. Entre 1920 y 1970 utilizaron la también denominada «droga de la verdad» para obtener confesiones, aunque no necesariamente se conseguía siempre el resultado esperado: extraer los secretos más celosamente guardados por el interrogado.
Por las razones descritas, su presencia ha parecido relevante y necesaria en el séptimo arte, aunque, la trama y el argumento, ha provocado casi siempre que haya pasado inadvertido a nuestros ojos.
En «Hannibal: El origen del mal», una precuela cinematográfica de las películas sobre el doctor Hannibal Lecter, se observa como la policía usa tiopental sódico en un ex nazi para sacarle información. Un joven Hannibal, interpretado por el actor Gaspard Ulliel —fallecido en enero de 2022 debido a un traumatismo craneoencefálico por accidente de esquí—, consigue una botella del medicamento y se inyecta una dosis buscando recobrar recuerdos de su niñez.
El tiopental, al ser administrado por vía intravenosa es captado de forma muy veloz por el cerebro e induce la inconsciencia en 30 segundos, ya que cruza la barrera hematoencefálica. Después, la concentración del fármaco disminuye porque este se redistribuye a otros tejidos muy perfundidos. Ello explica el despertar temprano (unos 10 minutos) tras una dosis única. Entre las reacciones adversas se encuentran la depresión respiratoria, depresión cardiaca, arritmias, somnolencia prolongada y recuperación tardía, así como espasmos bronquiales y laríngeos.
Aquí el enlace del filme:
https://www.youtube.com/watch?v=_je3MiP4NnU&t=2857s
Espero que disfruten la película
Comentarios
Publicar un comentario